Llega el tiempo de la cuaresma y con ella, una oportunidad para la penitencia. Hemos lanzado en las redes sociales una campaña llamada "Pequeños Sacrificios" donde día a día propondremos diferentes renuncias o actos de amor que nos ayuden a vivir con seriedad este tiempo litúrgico. A continuación una explicación de la campaña.
Estos pequeños sacrificios los puede hacer cualquier persona que considere que le pueden ayudar a vivir más plenamente las renuncias de esta Cuaresma.
¡Nada! a lo sumo habrás dejado pasar una oportunidad de renunciar a tí mismo. No implica pecado o remordimiento no hacerlo. Es solo una invitación que te dará ideas de entrega a Dios y a tus hermanos.
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"Eso es dañino para la salud": Si consideras que el pequeño sacrificio te puede hacer daño, simplemente no lo haces y lo cambias por otro
"Eso no sirve de nada, mejor sería....": Lamentablemente hemos perdido mucho el espíritu de mortificación y por eso desconocemos de los grutos que esta genera para nuestra alma. El dominio de sí mismo, el ofrecimiento de nuestras incomodidades a Dios por una intención particular etc. Hemos perdido la fe en la oración y la mortificación y en los frutos que esta tiene en beneficio de nuestra alma y en el de nuestros hermanos. Jesús ayunó 40 días antes de su apostolado público ¿Por qué mejor no se dedicó a curar enfermos en esos 40 días?. El valor de la renuncia
"Es preferible ayudar al prójimo con...": Cada cosa tiene su valor para Dios siempre y cuando se haga con el corazón. Una renuncia o una caridad. La renuncia nos hace ver la necesidad del hermano y nos acerca a él. La renuncia destruye nuestro egocentrismo, nos invita que dejemos de "ver nuestro ombligo" y veamos al hermano que tengo al frente.
A veces nos queremos engañar a nosotros mismos diciendo "ese sacrificio no sirve, mejor hagamos caridad" pero miramos nuestras acciones y ¡Tampoco hacemos caridad!; simplemente nos sirve de excusa para no negarnos a nosotros mismos. Hasta que no seamos capaces de negarnos a nosotros mismos, de tener dominio propio, dificilmente ayudaremos a nuestro hermano, o lo haremos sin sentido cristiano, sin corazón.
"Por mi trabajo o familia no puedo hacer ese sacrificio": Si por alguna razón, en tu situación actual no puedes hacerlo, no importa, podrías cambiarlo por otro. Es un tema completamente personal, solo de cara a Dios.