¿Y después de Dios? ¡Nadie como María!
Hay una voz que habla al corazón, ¡tan dulce y tan tierna es la voz de Dios!
"Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo, y nos sorprende con Su constante creatividad divina" (San Juan Pablo II)
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