¡Seremos santos o moriremos en el intento!
No solo vale la pena darlo todo por Cristo, ¡vale la vida! Así nuestros amigos, los santos, lo testimoniaron en la tierra
"Tú que eres fervoroso en el espíritu, que estás inflamado por el fuego del amor, haz que tu vida se queme en la oración a Dios. Una persona esta caliente, la otra está fría. Haz que la caliente dé calor a la fría" (San Agustín)
Nunca es tarde para encontrarse con Dios, ¡vuelve a hablar con Aquel que te amó primero!
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