HIJAS DE LA SAGRADA FAMILIA
Somos una Comunidad de vida contemplativa. En el ocultamiento de la clausura, ofrecemos a Dios la inmolación de nuestras vidas por la Iglesia, por su santificación y salvación. Nuestra vida es un sacrificio perenne a Dios en unión con su Hijo Jesús para redimir a la humanidad: a los sacerdotes, a los religiosos, a los misioneros, a los laicos, a los creyentes y no creyentes en nuestra fe, a los ateos, a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.
NUESTRA ESPIRITUALIDAD: vivir la consagración total a Jesús por María.
Solo María, quien amó perfectamente a Dios con todo su ser, nos llevará a amar a su hijo como ella lo hizo, y como se lo enseñó al discípulo amado, quien lo acompañó hasta la muerte de cruz.
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Así, vivimos haciéndolo todo con ella, por ella, para ella y en ella, de esta forma lo haremos todo mejor con Jesús, por Jesús, para Jesús y en Jesús.
Hacemos un cuarto voto en la profesión religiosa: el voto de esclavitud Mariana.