¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios!
Iniciando este tiempo de Cuaresma, Jesús nos invita a volver a su Corazón, a confiar en Su voluntad y encontrarnos con Él en el Santísimo Sacramento del altar
"Estoy tan convencido, Dios mío, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti todas las cosas, que he determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargando en Ti todas mis solicitudes. <<En paz me duermo y en seguida descanso porque Tú solo, Señor, me has confirmado en la esperanza >> (Sal 4, 10)" (San Claudio de la Colombiere)
¡Es la hora de volver a comenzar el camino de la conversión!
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