¿Y después de Dios? ¡Nadie como María!
Unámonos como hijos de la Iglesia a reparar el corazón de Jesús y adorarlo en el Santísimo Sacramento del Altar
"Señor, tú alegras mi mente de alegría espiritual. Cómo es glorioso tu cáliz que supera todos los placeres probados anteriormente" (San Agustín)
Como parte del Cuerpo Místico de Cristo, encontrémonos con el Amado nuevamente para adorarle